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Hoy nos vamos a adentrar en un curioso e interesantísimo lugar: Poison Garden, un fantástico espacio que hará las delicias de los aficionados a la botánica, de los entusiastas de las historias de crimen y misterio y, en general, de quienes disfrutamos de la naturaleza y de entornos peculiares. 

Para ello, viajamos rumbo al noreste de Inglaterra, casi hasta la frontera con Escocia. En el condado de Northumberland nos dirigimos a la villa de Alnwick, que alberga un majestuoso conjunto arquitectónico: el castillo de Alnwick. Construido en 1096 por Yves de Vescy, Barón de Alnwick, inmediatamente después de la conquista normanda (the Norman conquest, iniciada con la batalla de Hastings en 1066) para defender la frontera norte de las invasiones escocesas. Su increíble belleza no solo ha sido escenario para el rodaje de películas y series de televisión (por ejemplo, Harry Potter o Downton Abbey), sino que también el público general puede disfrutar paseando por sus edificios (que custodian obras de Rafael y Tiziano) y por sus jardines adyacentes, aunque los duques de Northumberland sigan residiendo en él. 

Un poco de historia

Unidos al castillo, los jardines de Alnwick fueron construidos en 1750. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el Estado se hizo cargo del jardín para el cultivo de alimentos (con la campaña Dig for Victory “¡cavar para la victoria!”) hasta 1950. Muchos años después, ya en febrero de 2005, se añadió un jardín de lo más peculiar: the Poison Garden o Jardín Venenoso, que alberga más de 100 plantas con efectos tóxicos, estimulantes y sedantes. ¡Se mira pero no se toca! (you can look, but you’d better not touch!!).

El jardín fue ideado por la duquesa de  Northumberland, que buscaba darle a sus jardines algo que no pudiera encontrarse en ningún otro lugar. En la actualidad, los jardines pertenecen a una fundación benéfica (a charitable trust) independiente, aunque además los duques donaron tanto tierras como fondos para su nuevo desarrollo.

These plants can kill

¿Qué se esconde tras las rejas de Poison Garden? Los imponentes portones de forja negra incluyen en su entrada un cartel que ya nos advierte de lo que encontraremos: Estas plantas pueden matar. La señal vieneacompañada por un par de tibias y una calavera (símbolo común de peligro y toxicidad). Solo se puede explorar con visitas guiadas por expertos botánicos y se inician con una breve charla de seguridad (a safety briefing): es importantísimo respetar las normas, y en esa sesión informativa se advierte al visitante de que queda prohibido tocar, ingerir u oler las plantas (¡y aun así, parece que hay quien se ha desmayado al inhalar vapores tóxicos (toxic fumes) durante el paseo!). Es por esto que en español hemos optado por traducir su nombre como Jardín Venenoso aunque, en puridad, sería “Jardín del Veneno”.

Este intrigante espacio ofrece, sin duda, una de las facetas más peligrosas de la naturaleza por el letal carácter de las plantas que se exhiben. Incluye toda una colección de más de 100 plantas tóxicas, algunas tan mortales que se muestran encerradas en enormes jaulas para evitar el contacto accidental. Para que te hagas una idea, podemos encontrar Gympie- Gympie o aguijón del suicidio, una planta procedente de Australia considerada de las más venenosas del mundo. Que no te engañe su aspecto: por mucho que parezca una simple ortiga gigante, tiene unos pelos urticantes que, con solo rozarla, provocan un dolor insoportable del que puede que no te olvides en años. También podemos ver Giant Hogweed o perejil gigante, que a pesar de su inofensivo nombre tiene una savia fototóxica que bajo la luz solar produce graves quemaduras. ¡Vamos, que lo de “no tocar” en Poison Garden va muy en serio! 

Asimismo, podemos encontrar los clásicos de las novelas de misterio como, por ejemplo, Hemlock, la famosa cicuta (el veneno favorito de la Grecia clásica, que acabó con Sócrates), o Ricinus communis, fuente del inofensivo aceite de ricino (castor oil) que las abuelas hacían beber a nuestros padres, pero también base de la mortal ricina (ricin) que puede utilizarse como arma biológica; o Strychnos nux-vomica (nuez vómica) o estricnina (strychnine), tradicionalmente utilizada como veneno para ratas. 

Pero no todo en Poison Garden son tóxicos mortales, también encontramos plantas que nos facilitan mucho la vida cuando estamos enfermos o necesitamos tratamientos médicos como, por ejemplo, la Brugmansia, fuente de la escopolamina que se usa para prevenir náuseas y vómitos; la Atropa Belladonna (o deadly nightshade (sombra mortal)) con la que se puede producir un fármaco psicoactivo que, en dosis tóxicas, provoca cuadros de delirio y alucinaciones, pero que también puede usarse para aliviar el dolor en caso de cólico y que, además, se ha utilizado tradicionalmente para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. También encontramos Foxglove, que es la fuente del digitalis, o el Helleborus(eléboro), ambas utilizadas para elaborar medicamentos con los que se tratan diversas afecciones cardíacas. O el periwinkle que, si bien puede matar, también sirve para la formulación de medicamentos utilizados en el tratamiento de la leucemia o para la mejora de la circulación cerebral.

Este Jardín Venenoso también incluye muchas otras plantas con efectos tóxicos, estimulantes y sedantes, como la Cannabis Sativa (Marihuana), la Coca, y la Papaver somniferum, adormidera o amapola real que produce sustancias como la morfina y la codeína, ampliamente utilizadas en medicina. Esta sección del jardín se utiliza, además, para proporcionar formación y alertar sobre el consumo de drogas.

Plantas que podemos encontrar en Poison Garden
Atropa Belladonna 
Belladona
Brugmansia
Trompeta de ángel 
Foxglove
Dedalera
Giant Hogweed
Perejil gigante/hierba gigante
Gympie- Gympie
Yimpi o aguijón del suicidio
Helleborus Odorus 
Eléboro
Hemlock
Cicuta
Laburnum
Laburno 
Monkshood
Acónito
Periwinkle
Hierba doncella
Prunus laurocerasus
Laurel cerezo
Ricinus communis 
Ricino y ricina 
Rhododendron
Rododendro
Strychnos nux-vomica
Fuente de la estricnina 

Lo más sorprendente de todo es que muchas de las plantas que se cultivan en los jardines son bastante comunes, crecen silvestres en muchos lugares del mundo y son asombrosamente sencillas de cultivar. Hasta el popular rododendro (rhododendron) es altamente venenoso y, en especial, contiene grayanotoxina (que ataca al sistema nervioso) en el polen y el néctar (¡la miel derivada resultaría muy tóxica!). Y el laburno (laburnum), con sus preciosas flores amarillas, contiene un veneno (poison) denominado citosina tan fuerte que hasta una rama caída podría matar a un perro si se le ocurre morderla. Pero es que además hay plantas que te pueden matar solo por cortarlas: no hace falta comerlas, ni tocarlas, ni tampoco inhalarlas. Este es el caso del Prunus laurocerasus (laurel cerezo), un arbusto que suele encontrarse en los setos y que tiene dos componentes que, por separado, no son peligrosos pero que, conjuntamente, producen gas cianuro (que se desprende, por ejemplo, al aplicar un cortador de setos (hedge cutter). ¡Por eso siempre están al aire libre!).

La entrada a los jardines cuesta entre 17 y 19 libras, dependiendo de si la compras online o en taquilla, hasta cuatro niños por adulto entran gratis, está abierto todo el año entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, y puedes completar la visita comiendo en alguno de los restaurantes que se ofertan, e incluso celebrar tu boda.

Además de aprender sobre botánica, la visita guiada está también amenizada por el relato de los guías sobre los casos de envenenamiento más famosos, con lo que este paseo de media hora puede resultar tanto educativo como divertido. ¡Es un gran plan!

¡Hasta la próxima!

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Foto de: alnwickgarden.com

4 comentarios sobre “El jardín venenoso
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